Es así, la vida nunca es como la queremos,
porque siempre estamos detrás de las cosas que no son para nosotros, esto es lo
que siempre escuchamos, que si algo se va es porque algo mejor vendrá, que si
se fue es porque alguien mejor llegara, que la vida nos pone donde debemos
estar, está bien estar de acuerdo con esto, pero y si quiero ser egoísta y
decirle a la puta vida, sabes que, no te hare caso esta vez, esta vez hare lo
que me da la gana, luchare por lo que quiero, iré tras eso que quiero.
Creo que es en este punto cuando desafiamos a la
vida es cuando ella nos da lo que queremos, porque si nos quedamos esperando a
que la vida nos de lo que merecemos. Jamás obtendremos nada o tal vez si,
obtendremos lo que medianamente llega a nosotros.
A mí me enseñaron a luchar, no se a ustedes,
pero a mi me enseñaron a ir tras lo que quiero, a trabajar duro para merecer
todo en el universo. Y es que nosotros somos como dice el Kavala, un recipiente
de luz que no tiene fondo, es decir que podemos recibir todo, podemos tener ese
auto, podemos tener a ese hombre o esa mujer,
somos nosotros los que limitamos nuestra vida somos nosotros los que
limitamos nuestros sueños.
Pero también somos nosotros los que romperemos
esa barrera, somos cada uno de nosotros lo que podemos ir más allá. Porque si
no vamos por todo, ¿A qué vamos?
La vida es corta para algunos y larga para
otros, nosotros debemos convertirla en lo más divino y fascinante de este
mundo. Somos nosotros los que tenemos que decirle adiós a la vida con una
sonrisa de satisfacción. Decirle a ella, gracias por esta oportunidad de estar aquí,
lo disfrute, comí lo que quise, estuve con el hombre que quise, Salí a donde
quise, me reí hasta dolerme la panza, hice los mejores amigos del mundo y me
equivoque, me equivoque como nadie, pero aprendí de cada uno de mis errores.
Vida sabes que, gracias por darme esta oportunidad.
Vive la vida a tu manera. Vívela siguiendo las
normas pero disfrutando lo que hagas.
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